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REINA DE CORAZONES
ARISTA ORIENTAL DEL RITACUBA NORTE

 
Texto y fotos Atn.: Jhonatan Pardo
             
   

26 años después del primer ascenso  a la Arista Oriental del Ritacuba Norte, tres escaladores nos entreteníamos a la luz del hornillo con las historias que relataba Quap, autor de la primera escalada. Ahora nosotros intentaríamos abrir un nuevo itinerario por aquellos tres pilares que buscaron los precursores, pero esta vez queríamos hacerlo sin acceder por la morrena sino escalando todos los dientes de la Arista del Sol; un ascenso integral desde el paso de la Sierra hasta los pilares por el filo de la cresta.

   
     
 
     
 
   

Partimos con el primer haz de luz que tocó a la montaña. Arnés, cuerda y seguros desde el mismo Paso de la Sierra y directo por la cresta. Con una cuerda de 8 mm y encordados cada 30 metros escalábamos en ensamble los primeros muros. Cada diente tendría entre 20 y 30 metros de altura, lo que resultaba engorroso para asegurar con relevos, así que optamos por avanzar en escalada simultánea y sin poner casi seguros, uno o máximo dos en cada gendarme. Así, con mucho sigilo y con dificultades hasta el 5.9  superábamos fáciles techos y desplomes que representaban un auténtico goce de escalada. Poco a poco subían las nubes desde el Ratón y la visibilidad se hizo casi nula, lo que le daba un ambiente fantasmagórico a la escalada y nos llenaba de dudas acerca de lo que nos esperaría en los últimos largos, donde el asunto es más serio, vertical y continuo.

 
             
   

La sucesión de dientes de El Serrucho nos dejó en una bonita y plana zona de la arista, la que llamamos La Silla, desde donde ya es visible el primer pilar y que afrontamos por francas fisuras de palmas y dedos hasta una sección de repisitas que hacían favorable el ascenso. Luego unos pocos metros de morrena y llegamos ahora si a las dificultades, nos desviamos a la izquierda para buscar un sistema de fisuras que se vieran practicables y lo que nos topamos fueron dos largos de escalada en extrañas posiciones, cortos O.W. pero con contrafisura, precaria protección y mucha adherencia. Esto se puso interesante!!   Y obviamente a esta altura ya habíamos pasado del sistema en ensamble, a los relevos: doble cuerda, proteger, asegurar, reuniones y todo lo demás. Desde la Silla hicimos el cambio.

   
             
     
 
             
   

Fueron las dos de la tarde cuando llegamos a la base del último pilar, el más largo y vertical de todos. Estábamos inmersos entre las nubes y no veíamos más allá de 15 o 20 metros a la redonda, lo que nos ralentizó en la búsqueda del itinerario y nos hizo esforzar la vista hasta identificar una llamativa fisura en forma de media luna que cautivó nuestro interés para sellar la vía con un largo de dificultad y estética elevadas. Así encaramos este último tramo que nos depositó en un gran acarreo de morrena caótica e inmensos bloques del tamaño de automóviles; fin de las dificultades. Solo bastaron 10 minutos de extenuante trepada para alcanzar la cima. Un abrazo de victoria y camaradería capturó la cámara y emprendimos el regreso sin perder mucho tiempo.
El resultado fue una vía de disfrute, sin muchas dificultades continuas, bastante segura, buena protección, sin zonas descompuestas ni muchos bloques sueltos y un panorama montañero irrepetible. Recomendadísima para quienes quieren disfrutar de una larga escalada en ambiente de montaña.