ENCADENANDO UN CATORCE

 
Texto y fotografías atención Juan Sebastian Arboleda
             
   
Desde hace dos años, cuando estuvimos con mi esposa Carolina y con Alejandro Rivero escalando por el suroeste de Estados Unidos, me comenzó a llamar la atención el Red River Gorge por los comentarios de escaladores acerca de la cantidad  y calidad de sus rutas, además de la belleza del lugar. Fue así como desde principios de año que comenzamos a planear este viaje, supe que éste debía ser el destino, y que a diferencia de la vez anterior, sería mejor establecernos la totalidad de la estadía en este parque, pues así sería más fácil lograr encadenar una ruta de dificultad superior a todo lo que he escalado hasta el momento, encadenar un catorce.

Esta vez, además de Alejo y Caro, también se nos unió Juan Diego García, un escalador que no obstante su juventud ya tiene a cuestas bastantes años de experiencia en escalada, y ha cultivado logros importantes en su carrera.  Llegamos al Red al mediodía de un lunes de finales de marzo, nublado y de mucho frío, después de manejar toda la noche desde Washington. Nos establecimos en el lugar tradicional de camping para escaladores, Miguel´s Pizza, un sitio que cuenta con una popularidad comparable a la del Campo 4 en Yosemite, y que además de ofrecer todas las facilidades para los escaladores (duchas, lavandería, WiFi, lugar para cocinar, almacén de escalada), hace una de las mejores pizzas que he probado.
   
     
 
El equipo colombiano   En Miguels pizza disfrutando del WiFi gratis
     
   
A pesar del cansancio y del sueño, decidimos salir a escalar ese mismo día para ir adaptándonos al lugar, y fuimos al sector más cercano al campamento llamado Roadside Crag, el cual nos dio una idea del lugar donde nos encontrábamos, una de las Mecas de la escalada deportiva en América.
Al día siguiente, ya con un poco mas de sol y de energías decidimos conocer una de las zonas más famosas del parque, The Motherlode, que cuenta con varias de las rutas más largas y desplomadas del lugar. Cuando llegamos mis ojos no podían creer lo que veían, el paraíso de cualquier escalador deportivo, una cueva inmensa conocida como The Madness Cave, con rutas interminables en un desplome de más de 45 grados, y a lado y lado, paredes llenas de líneas increíbles. Nuestra emoción se percibía en el aire así como el respeto que inspiraban estas vías, para mis adentros pensaba en el poco tiempo que serían las siguientes dos semanas para todo lo que había para escalar en aquel lugar.
 
  Caro en Roadside Crag
       
  ...el paraíso de cualquier escalador deportivo, una cueva inmensa conocida como The Madness Cave, con rutas interminables en un desplome de más de 45 grados...
             
3. Juancho (izquierda) y Juan Diego (derecha) en The Motherlode.
             
    Después de calentar, decidí estrenarme en la cueva con la ruta más fácil que se encuentra allí, Fourty Ounces of Justice, 5.13a, 35 metros de escalada desplomada. Después de una entrada fácil y de un descanso muy bueno, comienza con un paso dinámico un interminable ascenso por presas entre buenas y regulares, donde como es común en estas rutas, el éxito depende más de la efectividad de la escalada, la capacidad de recuperarse en los reposos y la resistencia general. Afortunadamente mis antebrazos respondieron a la altura y después de esfuerzo y paciencia estaba logrando chapar la cadena, que buen comienzo!. En días posteriores Juan Diego también lograría encadenar esta ruta en un pegue interminable, que él describe como una lucha mental y de paciencia. Ese mismo día también probé Omaha Beach, uno de los 5.14a más recomendados del parque. Un desplome similar al de la ruta anterior, solo que con presas más pequeñas, descansos regulares, y un par de cruxes exigentes hacia el final de la vía. No logré terminarla y me bajé algo desconcertado pues la sentí bastante lejos.
   
             
Alejo en ¨Fourty Ounces of Justice¨. 5.13a
             
    Una de las cosas buenas de estos lugares es que es por la gran cantidad de vías, es casi seguro que alguna ruta se adaptará mejor a tu forma de escalar, y así fue. El tercer día fuimos a un sector llamado Sollar Collector, un lugar que nos recordó a todos la zona del Imperio de los Sentidos en el Valle de los Halcones. Allí hicimos varios onces y doces muy bonitos, y en la tarde fuimos a un sector adyacente llamado The Gold Coast, una hermosa pared de color dorado con franjas negras, ligeramente desplomada, donde se encuentra God´s Own Stone, otro 5.14a que me recomendaron el día anterior y del cual ya había visto un video. Estaba bien motivado pues sabía que era de un estilo mas bloquero, una ruta atípica al estilo general del parque, pero más parecida a lo que tenemos en Colombia. Son básicamente 20 metros de escalada, donde la primera sección consta de una serie de regletas regulares, para entrar en un crux que comprende dos agarres muy malos, un tridedo y una regleta roma, para salir en un paso largo a una regleta buena pero pequeña, un lance de precisión. A partir de allí continúa una escalera de huecos “aceptables” hasta las buenas presas antes de la estación. A pesar del cansancio acumulado por los tres días de escalada, le hice un muy buen primer intento, me caí entrando al crux el cual resolví en 2 o 3 sentadas, y luego encadené desde allí hasta la estación. Me quedé sorprendido de lo fácil que parecía, incluso le dije a Alejo que, para mí, esto se sentía como un 5.13b o c, y fue tal la motivación, que decidí descansar y hacer otro intento ese día para ver qué pasaba. En 15 minutos ya estaba montado otra vez en la vía, cayendo nuevamente en el crux. Decidí dejar así por el día, contento de haber encontrado un 14 que se me acomodaba y pensando que después de un día de descanso casi con seguridad iba a salir de este proyecto. No sabía en ese momento que la lucha se prolongaría más de lo que imaginaba.    
             
 
Alejo en ¨Fourty Ounces of Justice¨. 5.13a   Alejo en Sollar Collector
             
        ...fuimos a un sector adyacente llamado The Gold Coast, una hermosa pared de color dorado con franjas negras, ligeramente desplomada, donde se encuentra God´s Own Stone, otro 5.14a...    
             
    El cuarto día era descanso, nos fuimos a Lexington, una ciudad a 1 hora de Miguel´s, donde almorzamos, hicimos mercado en el tradicional Wal Mart y “turistiamos” un poco, y al siguiente día nos dirigimos nuevamente a The Gold Coast. Después de un par de rutas para calentar me monté nuevamente en el proyecto optimista por el descanso, sin embargo como ocurriría en la pasada ocasión, caí en el crux. Comencé a descifrar mejor la secuencia sobretodo de pies, pues estaba llegando a los agarres clave de manera muy jugada y confiando demasiado en la fuerza de brazos para el lance. Logré identificar algunos apoyos para los pies que, aunque no muy buenos pues eran pequeños y de adherencia, les podía confiar plenamente pues los gatos con los que estaba probando la vía, los Mad Rock Mugen Tech, se comportaron a la altura. Me bajé de este pegue con sentimientos encontrados pues sentí la ruta más difícil por un lado, y por otro, la piel de las yemas me estaba doliendo bastante. Descansé un poco y volví a intentarlo una vez más, crucé por la primera parte, llegué al crux, secuencia de pies, lance a la regleta y … nada, otra vez para abajo. El dolor de las yemas no me estaba dejando exigirme para agarrar esta regleta. Nada que hacer, sería otro día. La ansiedad comenzaba a crecer.  
      Juancho en ¨Gods Own Stone¨ 5.14a
     
      Juancho en ¨Gods Own Stone¨ 5.14a
     
   
En la noche llegaron de Canadá los miembros restantes del equipo, Carlos Caicedo “Charly”, quien desde hace algunos meses está viviendo en Montreal, junto con dos amigos suyos, Santos y Vincent, quienes amenizarían el ambiente con sus locuras y el sancocho de idiomas que introducirían, francés, inglés, español y hasta portugués, todos al tiempo!. Con ellos visitamos nuevos lugares como Drive-by Crag donde probé una de las rutas más vistosas y fotogénicas del parque, Kaleidoscope 5.13c, en la cual dos miembros del equipo juvenil de USA me darían una pequeña lección de escalada y humildad al encadenarla, uno al flash y el otro al segundo intento!, allí Juan Diego también encadenaría al segundo intento Spank cotada en 5.13a. También fuimos a Bob Marley Crag donde se encuentra la famosa 50 Words for Pump, 5.14c. Allí probé un super recomendado, Ultraperm cotada en 5.13d, una vía excelente pero muy exigente, a la cual logré resolverle todos los pasos en no pocas sentadas. Alejo encadenó en este sector un 5.12c explosivo y muy divertido llamado Blood Bath, cuyo crux es un lance a un romo, desde una posición algo incómoda en un techo. En esos días también volvimos a The Motherlode donde logré encadenar tres treces en el día, Skin Boat, 5.13a a vista, Bohica, 5.13b al segundo pegue y Convicted, 5.13a al segundo pegue. Esta última la encadené con las últimas fuerzas que me quedaban, en una verdadera lucha contra el cansancio. Y durante todo este tiempo, solo pensaba en que tanto mis yemas como mi fuerza mental se fueran fortaleciendo para el gran reto que tenía enfrente.
   
             
 
Caro en ¨Highway Turtle¨ 5.12a   Juancho en ¨Kaleidoscope¨ 5.13c
             
        Y durante todo este tiempo, solo pensaba en que tanto mis yemas como mi fuerza mental se fueran fortaleciendo para el gran reto que tenía enfrente.    
             
    Después de toda esta escalada llegó un nuevo día de descanso en el cual no hicimos más que eso, descansar, hablar carreta, lavar la ropa y ver películas, y al siguiente día, nuevamente enfilamos para The Gold Coast. Esta vez me sentía más confiado pues mis yemas estaban mejor y tenía mucho más clara la secuencia. Después calentar con alguno de los 5.11 cercanos que me faltaban, me subí a God´s Own Stone, bien tranquilo, diciéndome que si se podía, que ya había hecho todos los pasos, que la temperatura estaba perfecta, en fin, dándome ánimos. Crucé como siempre la primera parte sin problemas, llegué al crux, lancé a la regleta y la agarré aunque muy mal, con dos dedos y medio. Abrí el codo y traté de mejorar el agarre, me mantuve uno… dos segundos… y nuevamente volé, soltando en el aire un grito de rabia. Ese día haría cuatro intentos más a la vía pero en todos la historia sería la misma, y aunque al final no sentía la piel muy afectada ni los músculos tan cansados, supe que ese día tampoco vencería pues estaba mentalmente agotado, sin embargo a pesar de la frustración y desaliento que me embargaban, sentía por dentro una satisfacción de saber que esa ruta que tenía por delante me estaba enseñando a ser mejor escalador, que el reto que en principio parecía muy alcanzable me estaba exigiendo a dar lo mejor de mí para lograrlo.    
             
...a pesar de la frustración y desaliento que me embargaban, sentía por dentro una satisfacción de saber que esa ruta que tenía por delante me estaba enseñando a ser mejor escalador, que el reto que en principio parecía muy alcanzable me estaba exigiendo a dar lo mejor de mí para lograrlo.
 
Alejo en ¨Wheres the beef¨ 5.12c
             
  Ese día más tarde visitamos un sector no muy lejos llamado The Dark Side, un hermoso desplome con agarres bastante peculiares y con rutas muy continuas. Allí Juan Diego encadenó The Force, 5.13a, la cual ya había trabajado el día anterior cayendo en dos ocasiones en el último movimiento. Como las demás rutas del sector, las primeras 5 cintas son pasos duros y continuos, y luego los agarres mejoran pero demandan resistencia. Alejo y Charly le dieron muy buenos pegues y quedaron bastante motivados para encadenarla en una futura visita. Yo logré encadenar esta vía al flash, así como un 5.13b llamado Elephant Man, también al flash.    
Juancho en ¨Bohica¨ 5.13b
             
Charly en ¨Wheres the beef¨ 5.12c
             
    Los días siguientes visitamos nuevos sectores como Midnight Surf y Military Wall, cada uno con un estilo completamente diferente y cada uno con su belleza propia. En estos sectores encadené un par de rutas que me gustaron mucho, en el primero, un 5.13b llamado Shiva, una ruta larga pero cuya dificultad radica en un problema de bloque al final de la vía, movimientos de regletas en un desplome pronunciado, con un salto muy desequilibrado al final. En el segundo sector encadené otro 5.13b llamado The Legend, el cual me costó unos 3 sufridos pegues pues desde el comienzo de la ruta hasta la 4 chapa casi que ni se puede respirar, y luego en un reposo no muy bueno se debe recuperar el aliento para poder culminar la vía. En este sector Alejo echó mano de su técnica (o maña?) encadenando una ruta llamada Reliquary, un largo 5.12c donde utilizó 3 empotres de rodilla que solo los ve quien les tiene el ojo, y Caro también probó en un excelente pegue Guan-Ho, un hermoso 5.12b de huecos (o burracos como les decía Santos) que requiere de mucha posición del cuerpo, cuyo final resolvió muy tranquilamente usando su fuerza de dedos en una regleta-semibávaro para llegar a la última “guaca”, mientras que todos hacíamos un lance desesperado y donde mas de uno cayó.
   
             
       
       
  ...no sabía que hacer, las fuerzas se fueron agotando y fue así que volé nuevamente, después de haber superado el crux. Igual me sentí muy bien porque sabía que estaba muy muy cerca...    
Juan Diego en ¨Golden Boy¨ 5.13b        
         
    Llegábamos ya al penúltimo día de escalada, y nuevamente nos dirigimos hacia The Gold Coast, al ansiado proyecto. Este día a diferencia de los anteriores, estaba haciendo un frío penetrante que se introducía en la roca. Calenté con un 5.12a, Highway Turtle, una ruta que Caro estaba trabajando y que tenía extremadamente cerca. Después de unos minutos ya estaba en la base de God´s Own Stone para un nuevo intento. En esta ocasión sin embargo, y por alguna razón, no sentía muchos nervios. En días pasados me había presionado mucho por no poder lograr la ruta, porque ya se estaban acabando los días y no veía claro el panorama, por tener que volver a Colombia sin haber conseguido este objetivo, pero este día comprendí que estaba dando lo mejor de mí, que no le estaba rindiendo cuentas a nadie y que si no lo lograba, esta ruta estaría ahí esperando. Este pensamiento me dio mucha tranquilidad, así que me froté las manos tratando de calentar los dedos, choqué los puños con Alejo y me sumí en la escalada. A pesar del frío la progresión se fue dando, llegué al crux, resolví la secuencia de pies y lancé a la regleta, y la cogí bien por primera vez!, fui por el siguiente agarre, un tridedo desde donde pensaba chapar pero no me sentí bien para hacerlo, cogí el siguiente agarre, una regleta roma desde donde también había chapado en alguna ocasión anterior, pero tampoco se sentía bien para hacerlo, traté de mejorar este agarre pero los dedos estaban muy torpes por el frío, pensé en continuar sin chapar pero el esfuerzo de sostenerme ahí ya no me permitía seguir, no sabía que hacer, las fuerzas se fueron agotando y fue así que volé nuevamente, después de haber superado el crux. Igual me sentí muy bien porque sabía que estaba muy muy cerca, por lo que después de un corto descanso hice otro intento, que acabaría con una “pelada” de dedos en la regleta del crux.    
             
 
    Juancho en ¨Gods Own Stone¨ 5.14a    
             
    Para descansar fuimos al proyecto de Caro quien después de un pegue formidable, de superar el frío y el dolor de yemas, logró encadenar. Esa alegría compartida y ese aire de encadene fueron preparándome. Ese día había un escalador canadiense trabajando también mi proyecto, era su último día en el parque y también había caído repetidamente en los movimientos del crux. Compartimos un poco de “inteligencia” acerca de la ruta, los pies, las chapadas, etc. El iba por su último intento del viaje, pues ya sentía la fuerza de los dedos muy mermada, y tal cual como me ocurriría a mí, cayó en el crux. Bajó resignado y se puso a alistar sus cosas. Tomé un poco de sol para calentar mis músculos, visualicé por enésima vez la ruta de principio a fin y me preparé para un nuevo intento, un doceavo intento, creo que ninguna ruta me había exigido tantos pegues. Comencé la escalada que ya me sabía de memoria, llegué a la sección clave, moví los pies, me preparé para el lance y agarré nuevamente la regleta, y a diferencia del primer pegue de ese día, continué escalando sin preocuparme por la chapa, supere los huequitos, me esforcé en un movimiento largo y chapé la siguiente cinta, en ese punto ya sabía que la tenía, lancé un grito de SIIIIII!!! que me salió del alma y seguí escalando hasta las cadenas.    
             
  ...y chapé la siguiente cinta, en ese punto ya sabía que la tenía, lancé un grito de SIIIIII!!! que me salió del alma...
Juancho en ¨Gods Own Stone¨ 5.14a        
             
   

Ahí me di cuenta que lo había logrado, que había superado esa barrera, mi primer 14! Bajé y me abracé con todos, la felicidad me inundaba, no solo porque era un catorce sino porque me había costado y lo había logrado. Ese día mas tarde volvimos a The Dark Side, donde Alejo y Charly intentaron nuevamente The Force, lamentablemente sin éxitos, el cansancio acumulado ya hacía de las suyas. Finalizamos el día en el campamento donde con una cerveza Stella Artois y una comida cortesía de los Canadienses celebramos los logros obtenidos.

UItimo día, volvimos a The Motherlode. Aún tenía que completar otra tarea que me había trazado, encadenar 10 treces, solo me faltaba uno.
 
      Juancho en ¨Gods Own Stone¨ 5.14a
             
 
La alegría después de encadenar ¨Gods Own Stone¨   Comidita cortesía de Canadá
             
   

Calenté con Tuna Town, un 5.12d de presas increíblemente buenas, con un par de regletas al final donde si caes vuelas por lo menos unos 6 metros, y luego me monté en Hoofmaker, 5.13a, y logré encadenarla a vista. Después de descansar un poco y con la satisfacción del deber cumplido me monté a Thanatopsis, 5.14b, quería sentir el siguiente nivel. Definitivamente, muy duro, no logré resolver todos los pasos, ni siquiera terminarla, pero bueno ya la tengo en la mira. Juan Diego ese día también logró encadenar Snooker, 5.13a, en un pegue de mucha batalla. Me alegré mucho por él, y por saber que él representa una nueva generación de escaladores colombianos con un nivel muy competitivo y que no le tiene miedo a los números grandes, que seguramente cuando tengan mi edad ya estarán hablando de 14c o 14d, si no más. Para finalizar el viaje, me monté en Flour Power, 5.13b, una ruta larga que había visto intentar a Margarita, una escaladora de Puerto Rico que conocimos allá, y que a sus 52 años escala increíblemente bien y encadena treces con regularidad, la edad no es una excusa. Pues tan inspirado seguía yo que logré encadenar la ruta al flash. Alejo, quien también estaba finalizando su tarea de encadenar 10 doces, culminó el día en un agónico pegue ya en la penumbra que precede la noche, encadenando Kick Me in the Jimmie, 5.12a. Que final!.


Puedo decir sin lugar a dudas que este ha sido el mejor viaje de escalada de mi vida por el lugar, la compañía, los logros, la intensidad en la escalada. Ahora ya de nuevo en Colombia, la misión es seguir subiendo más la barra de la escalada deportiva en Colombia, seguir buscando proyectos, abriendo y encadenando rutas de alta dificultad. Espero que pronto tengamos noticias del primer 14 en territorio colombiano, porque sé que tenemos los escenarios y escaladores con el suficiente nivel para lograrlo. Para cerrar, quiero agradecer a mis compañeros de equipo que se “aguantaron” mi intensidad y que comparten mi pasión, y también un agradecimiento muy especial a MONODEDO COLOMBIA, por creer en mí y seguir apoyando continuamente el desarrollo de la escalada deportiva en Colombia.

Felices escaladas!

   
             
       
    ¡Celebración del encadene! Foto: Santos Steven